El tratamiento biológico de aguas residuales altamente concentradas, como las que se generan en la industria de fermentaciones, nos llevó a desarrollar un proceso con el cual, además de tratar el agua, se generan productos de alto valor agregado. El proceso permite obtener ácidos carboxílicos de cadena media y biogás. Estos ácidos tienen un alto valor en el mercado y se utilizan como suplemento alimenticio para animales, biocombustibles o en la fabricación de plásticos.

La tecnología se basa en un proceso biológico en dos etapas. En la primera etapa se generan los ácidos carboxílicos y en la segunda etapa biogás y agua tratada, con una importante reducción de la materia orgánica. Una gran ventaja del proceso es que se pueden tratar aguas residuales con muy alta concentración de materia orgánica.